hazte a mi piel, erízate conmigo,
extiéndete por todas las fibras de mi sangre,
quédate como ese agua quieta debajo del sauce.
Cúbreme con un abrazo de tierra fresca,
con la fuerza de los minutos asfixiados en esta pausa desierta,
de las horas vividas sin deseo en esta absurda feria,
mírate en mí, dentro de mí, y quédate.
Bésame como el agua besa y penetra
la ávida boca de la tierra seca,después bébeme y sofoca con tu boca ,
mi aliento y mi memoria.
Enróscame a tus brazos como verde hiedra ,
y devora hasta el final mi médula,
devuélveme a la nada, a la quietud más quieta,
que la luz no me canse, que el viento no me meza.
Haz un surco en mis venas y siémbrate en la hondura
de mi futura tierra,
que tus raíces prendidas a mi sangre beban mi ser,
y tus espigas devoren mi hambre.
Que corra tu río filtrando por mi piel,
y su frescura bajo mi carne,
que emerja tu cabeza en el hueco de mi escote
y el diseño de tus hombros sostenga y acote
nuestro retorno o mi último vuelo fugaz.