Un día me arrancaron de tu pecho,
le pusieron trampas a tu corazón,
desalojada,confinada fuí desterrada,
expulsada de tu alma.
Desprendiste de tus brazos,
los abrazos que nunca me diste,
se te fueron muriendo uno a uno,
los océanos de besos impetuosos.
Huyes de mí,
te dejas las alas en el suelo desparramadas,
acribillas entre tus andamios todas mis ganas,
olvidas de un jirón, la desnudez de mi espalda.
Te haces ante mis ojos hielo y escarcha,
dejaste de pronunciar dulces palabras,
simples verdades, sordas plegarias.
Un día te arrancaron mi risa,
mi reflejo en tu espejo,
que ya no te devuelve la mirada.
Sólo soy para tí,
una pared que el tiempo desangra,
un cariño que se te murió,
como de un niño su duermevela.
Un día te arrancaron tus ganas,
las dejaste guardadas en tu armario,
y las lapidas con piedras,
como si fuese un santo sudario.
Un día, no sé ni quién ni como,
me arrancaron de tus adentros,
desterradas al olvido de tu memoria,
las páginas de ésta, nuestra historia.